Ajo

Perteneciente al mismo grupo que la cebolla y el puerro, el ajo se erige como una especie de singular valor e importancia en la gastronomía del mundo entero.

Su nombre científico es Alium sativum, y se agrupa en la familia de las liliáceas.

Es originario de Asia Central y data de unos 4 mil años aproximadamente. Se documenta su consumo y empleo en la elaboración de alimentos desde el tercer milenio antes de Cristo y sus efectos curativos eran ya aprovechados por los griegos.

Desde tiempos de antaño, ha sido empleado como una sustancia medicinal para el tratamiento de numerosas enfermedades.

Durante la peste, muchos monjes desarrollaron la costumbre de masticar el ajo como una protección ante la enfermedad.

Años más tarde, sus propiedades antibióticas fueron utilizadas durante las guerras mundiales ante la escasez de medicamentos.

Sin embargo, en la actualidad, muchos de sus usos medicinales y sus propiedades curativas han podido ser demostrados por la ciencia.

Su cultivo actualmente se lleva a cabo casi en el mundo entero, aunque se destacan países como España, Italia, Argentina, México, Estados Unidos y China.

Está formado por el bulbo entero de ajo que es lo que se conoce comúnmente como la “cabeza” y cada uno de los segmentos o partes que la componen se identifica como “diente”.

Propiedades del ajo

propiedades del ajo

El ajo contiene una gran cantidad de nutrientes, por lo que es tan valorado más allá de su aroma y peculiar sabor.

Es una fuente de manganeso, selenio y vitamina B6 así como otros antioxidantes que lo convierten en una sustancia favorecedora del sistema inmune.

También contiene aminoácidos y otras vitaminas del complejo B como la B1, B2, B3 y B5 así como vitaminas A y C.

Es fuente de potasio, calcio y otros minerales. Contiene además fibra, proteínas e hidratos de carbono.

Por todo esto, le han sido conferidas propiedades hipotensoras, hipolipemiantes, antiparasitarias, antisépticas, antibióticas, antimicóticas, anticoagulantes, expectorantes y anticancerígenas.

Es también un potente antiagregante plaquetario, un inmunomodulador y tiene potentes efectos adelgazantes.

Tipos de ajo

tipos de ajo

Existen muchas variedades de ajo, sin embargo, la clasificación más conocida y popular es atendiendo a la coloración que presenta. En este sentido tenemos:

  • Ajo blanco: es el más empleado y tradicional. Se caracteriza por su suave y excelente sabor. Es la variedad que más dientes tiene en un bulbo o cabeza. También se conservan por más tiempo que otras variedades.
  • Ajo negro: es el mismo ajo blanco tradicional pero que ha sufrido algún tipo de fermentación y se torna de coloración negra. Sin embargo, se dice que con este proceso se torna aún más beneficioso.
  • Ajo rosado: es la variedad que posee un sabor más fuerte e intenso. Se le identifica también como ajo de culebra.
  • Ajo violeta: al igual que el rosado posee uno de los sabores más fuertes. Se caracteriza por ser de coloración violeta tanto en sus exteriores como en el propio diente.
  • Ajo morado: es considerada una de las variedades de más suave sabor aunque ligeramente más picante. De ahí que se pueda comer crudo agregado a ensaladas u otros platos.
  • Ajo castaño: también tiene un sabor suave y ligeramente picante. Es de las mejores variedades para condimentar guisos o para untar.
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Beneficios del ajo

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Entre los principales beneficios del ajo se destaca su caudal de sustancias con efectos antioxidantes como la alicina, ya que ella nos permite fortalecer el sistema inmune y prevenir la aparición de enfermedades y virus.

La revista Journal of Clinical Nutrition, publicó en su número 5 y volumen 84 del 2006, los resultados de una investigación que aseveran que las personas que consumen en su vida diaria una mayor cantidad de ajo y cebolla, tienen menos probabilidades de padecer ciertos tipos de cáncer.

El ajo es también un depurativo por excelencia. Su consumo contribuye a eliminar las toxinas de nuestro organismo la vez que elimina parásitos y metales pesados como el mercurio que no logran ser procesados por el hígado.

Gracias a su poder anticoagulante, mejora la circulación sanguínea.

El consumo de ajo ha sido considerado como el tratamiento natural más efectivo para la disminución de los niveles de colesterol malo o LDL, por lo que se convierte en un aliado del sistema cardiovascular.

También favorece la adecuación en los niveles de tensión arterial.

Por su acción expectorante, es eficaz en el tratamiento de gripes, bronquitis y otras enfermedades respiratorias.

Se afirma que perfecciona las funciones del hígado y el páncreas. Es por eso que los diabéticos también pueden beneficiarse de su consumo, pues se atestigua que es capaz de normalizar los niveles de azúcar en sangre.

Por su elevado contenido en iodo, es un gran aliado de la glándula tiroides, favoreciendo fundamentalmente a las personas que padecen hipotiroidismo.

Por su efecto virucida, se considera un tratamiento eficaz contra la aparición de verrugas.

También favorece al sistema digestivo y contribuye a una mejor absorción de los nutrientes en los alimentos a la vez que favorece la formación y regeneración de la flora intestinal.

Algunos estudios afirman que sus efectos antioxidantes de conjunto con sus propiedades anticoagulantes y para disminuir la presión sanguínea, pueden contribuir a prevenir la demencia, el Alzheimer y otras enfermedades cerebrales comunes.

Un estudio llevado a cabo en una población de trabajadores de una fábrica de baterías para autos demostró que el consumo de ajo era capaz de disminuir los niveles de plomo en sangre.

Según dichos resultados, el ajo en 3 dosis diarias logro ser más efectivo en la disminución y desaparición de los síntomas que el medicamento D-penicilamina.

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Otros estudios que aún no han sido replicados en humanos pero si en ratas de laboratorios demuestran que el ajo puede ser un gran aliado del sistema óseo.

También se ha demostrado que si se incluye un diente de ajo diario en la dieta de las mujeres menopáusicas de puede disminuir de manera significativa la deficiencia de estrógenos y por ende, atenuar algunos de los síntomas presentes en este periodo.

Otros estudios más recientes han confirmado que el consumo regular de ajo puede contribuir a mejorar el rendimiento deportivo, de ahí que sea considerado una opción perfecta para incluir en la dieta diaria de los deportistas al mismo tiempo que contribuye a disminuir la fatiga que provoca el ejercicio intenso.

Su consumo puede favorecer la pérdida de peso debido a su acción aceleradora del metabolismo y la formación de adrenalina, una hormona que favorece el consumo de calorías.

De manera general, se firma que consumir un diente de ajo crudo cada día, contribuye a una mayor longevidad.

Otros usos del ajo

El ajo, además de ser un excelente condimento, también puede servir de forma efectiva para atenuar el exceso de sal en alguna elaboración culinaria.

Una manera en que se aprovechaban desde tiempos antiguos sus propiedades antibacterianas y antivirales es colocándolo detrás de la puerta para eliminar y prevenir los virus del ambiente.

Gracias a sus efectos antifúngicos, en muchas culturas y regiones se emplea el extracto de ajo para prevenir la aparición de hongos en las cosechas.

¿Cómo consumir ajo?

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La manera más común para el consumo de ajo es empleándolo como condimento en nuestros platos y elaboraciones culinarias.

Se afirma que para lograr aprovechar sus efectos terapéuticos y todas las bondades que tiene para ofrecer, la dosis mínima indicada es de 3 dientes de ajo al día.

No obstante, ya comentábamos que uno de los compuestos más importantes presentes en el ajo es la alicina, sin embargo, este compuesto solo se forma cuando el ajo en su forma cruda se romper o se parte, es por eso que si lo cocinas antes de triturarlo o machacarlo, sus efectos favorecedores a la salud no serán los mismos.

Si en verdad quieres aprovechar al máximo todos sus nutrientes y las propiedades que ofrece, la opción indicada es consumirlo crudo y darle un ligero corte antes de consumir.

Si no te gusta el sabor y prefieres agregarlo a las comidas, pélalos y córtalos o machácalos y déjalo unos minutos para que se forme la alicina y luego lo agregas a la elaboración.

También tienes la opción de prepararlo en forma de té o infusión, para esta opción hierve una taza de agua y cuando alcance el punto de ebullición, agrega dos dientes de ajo triturados y deja hervir durante 8 minutos.  Consúmela cuando se refresque. Si gustas, puedes agregar jengibre o jugo de limón.

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Esta infusión es especial para aprovechar las propiedades adelgazantes del ajo, pero también para el tratamiento de las gripes y los resfriados. Alivia la tos y disminuye la temperatura.

Otra alternativa para los que si disfrutan del sabor del ajo, consiste en pelarlo y laminarlo bien fino y agregarlo esparcido a unas tostadas o un pan.

Finalmente recuerda que puedes aprovechar también otras formas en las que se presenta como en tintura, aceites, seco, etc.

Contraindicaciones del ajo

contraindicaciones del ajo

Al tener acción de antiagregante plaquetario, se desaconseja su consumo en pacientes o personas que consumen medicamentos anticuagulantes porque puede interferir en el mecanismo de acción de éstos.

De igual modo se recomienda eliminar de la dieta de aquellas personas que tengan prevista una cirugía reciente o una extracción molar.

Se aconseja no alterar las dosis normales que llevan los alimentos durante el embarazo, pues pudiera tener efecto abortivo.

Del mismo modo las mujeres deben respetar la cantidad de ajo que emplean durante el tiempo de la menstruación, pues por sus efectos anticoagulantes pudiera provocar un sangramiento.

Se dice que su sabor puede afectar a la leche materna, haciéndola desagradable al paladar del bebé.

Algunas personas pueden presentar baja tolerancia a este ingrediente, por lo que en ocasiones se recomienda iniciar su consumo en bajas cantidades o de lo contrario no consumir en su forma cruda.

Aquellos que presenten algún tipo de alergia alimentaria, deberán evitar el consumo de ajo en sus diferentes alternativas.

Por su poder alergénico puede ocasionar en algunas personas una dermatitis por contacto o quemaduras cutáneas.

Por su contenido en iodo, no se recomienda su uso en pacientes que padecen hipertiroidismo.

También se deben privar de su consumo las personas que padecen ulceras o gastritis debido a sus efectos anticoagulantes.

Recuerda que si lo consumes en cantidades elevadas, puede provocar algunos efectos indeseables como dolor abdominal, nauseas, flatulencia, etc.

Otro de sus efectos indeseables más común es el mal aliento debido a su sabor tan fuerte. Si quieres atenuar este efecto, puedes consumir algunas hojas de menta luego de la ingestión de ajo.

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Anieska Bazán Delgado
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